{"id":2977,"date":"2015-06-10T21:40:38","date_gmt":"2015-06-10T21:40:38","guid":{"rendered":"\/?p=2977"},"modified":"2024-05-07T11:43:07","modified_gmt":"2024-05-07T14:43:07","slug":"libertarios-anarquistas-y-revisteros-02","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/libertarios-anarquistas-y-revisteros-02\/","title":{"rendered":"Libertarios, anarquistas y revisteros"},"content":{"rendered":"
Los 70 a destajo. Ajoblanco y libertad,<\/em><\/strong> de Jos\u00e9 Ribas Ser\u00eda injusto e incorrecto decir que es un libro de memorias porque es mucho m\u00e1s. Cuando Pepe Ribas cuenta de su juventud en Barcelona de los a\u00f1os que van de 1972 a 1977 describe y, sobre todo, explica la revoluci\u00f3n cultural que precedi\u00f3 a la transici\u00f3n a la democracia tras la muerte de Francisco Franco.<\/strong><\/p>\n \u201cLa transici\u00f3n espa\u00f1ola\u201d, explica, \u201cfue posible porque muchas capas de la sociedad la hicieron antes en la calle\u201d. Ribas hace la cr\u00f3nica, pero es mucho m\u00e1s que el cronista; es actor protag\u00f3nico, precursor y promotor de eso que luego se nombr\u00f3 como el destape<\/em>.<\/p>\n En las tertulias con los de la Facultad de Derecho, entre poes\u00eda, represi\u00f3n y militancia, entre noveles escritores, artistas, editores y promotores culturales, Ribas decidi\u00f3 crear una revista que diera voz p\u00fablica a las expresiones culturales libertarias que se gestaban entre algunos j\u00f3venes. Concibi\u00f3 a la revista como un medio revolucionario, de transformaci\u00f3n entre lo que se es y lo que se quiere ser. Su nombre: Ajoblanco<\/em> (nombre de una simple sopa; nada que ver con alguna droga). Por cierto, ah\u00ed y entonces, el gobierno cerraba la universidad y los activistas ped\u00edan que se abriera: \u201cQuer\u00edamos clases, quer\u00edamos buenos profesores y exig\u00edamos libertad dentro de un orden viable\u201d. Asistir a la protesta callejera o al mitin no era una condici\u00f3n de clase, sino tambi\u00e9n el resultado de leer mucho; intercambiar ideas, confrontarlas, debatir y reflexionar. (\u00bfC\u00f3mo no pensar en el M\u00e9xico presente como el chabelesco reino del rev\u00e9s?)<\/p>\n \u201cA nosotros\u201d, explica, \u201clo que m\u00e1s nos mov\u00eda era la aventura de unir arte y vida, la lucha contra cualquier autoridad impuesta, el no canon, las actitudes dada\u00edstas, el vivir al d\u00eda, el rock salvaje, el viaje sin rumbo ni fecha de retorno, la libertad sexual, la vida en comunidad y la muerte de la familia tradicional. \u00c9sos eran los astros emergentes del imaginario de la nueva generaci\u00f3n\u201d. Ajoblanco<\/em> fue entonces, bajo la coordinaci\u00f3n de Ribas, una fusi\u00f3n de la expresi\u00f3n de sensaciones y cr\u00edtica; de creatividad e ideas; una revista plural y abierta tanto en lo ideol\u00f3gico como en los temas y con colaboradores de distintos lugares del pa\u00eds. En sus p\u00e1ginas brillaba como estrella Luis Racionero, el progre<\/em> que hab\u00eda ido a Berkeley, el intelectual contracultural<\/em> con ideas innovadoras como el desarrollo sustentable y el urbanismo humanista, quien abandon\u00f3 la revista cuando no aceptaron pagarle lo que exig\u00eda. Entre las secciones se hallaban como novedades las relativas a la ecolog\u00eda (o ecologismo) y sexualidad. Habr\u00e1 habido j\u00f3venes radicales que hubiesen le\u00eddo con devoci\u00f3n a Marta Harnecker o a Louis Althusser, pero estar\u00edan llenos de dudas sobre anticonceptivos y abortos.<\/p>\n Ajoblanco<\/em> lleg\u00f3 a tirar n\u00fameros de cien mil, de los que recib\u00eda avalanchas de cartas de todo el pa\u00eds. Era la \u00e9poca en que Franco hab\u00eda muerto y estaba por definirse el porvenir. Ribas y quienes tomaban las decisiones de la revista se encaminaron entonces a proyectos personales. Si el autoritarismo los hab\u00eda unido, la expectativa de libertad los separ\u00f3, mientras perd\u00edan inter\u00e9s en el \u00e1nimo fundamental de la revista: el lector.<\/p>\n Entre m\u00e1s de setecientas p\u00e1ginas Ribas nunca busca posicionarse<\/em> ni apropiarse de esa zona ideol\u00f3gica-sagrada que los intelectuales mexicanos se disputan entre s\u00ed, a la que llaman \u201cizquierda\u201d (\u00bfo es zona er\u00f3gena?, porque parece que con ella se autoerotizan). Casi ni se menciona la bendita palabra. La revoluci\u00f3n de Ajoblanco<\/em> fue principalmente por la libertad y, en consecuencia, por la tolerancia, la pluralidad, el mestizaje, la diversidad, la creatividad, el humor… El subt\u00edtulo as\u00ed lo dice: Ajoblanco y libertad<\/em> (no Ajoblanco e izquierda)<\/em>. La posici\u00f3n de Ribas es la de libertario. \u00c9sa es la palabra clave que recorre tanto el texto como su carrera y su vida; libertario como oposici\u00f3n a autoritario. Libertario es quien lucha por la libertad.<\/p>\n Planteaba \u2014desde entonces, n\u00f3tese\u2014 la deseable posibilidad de un r\u00e9gimen postcapitalista que no fuese socialista, al menos no ese socialismo estatista de las burocracias leninistas. Una revoluci\u00f3n contra el autoritarismo y el dogmatismo de cualquier signo, fuese pol\u00edtico, religioso o cultural, de izquierda o de derecha. El art\u00edculo de Ribas en el primer n\u00famero de la revista es revolucionario respecto de lo que se supone revolucionario, por sostener \u201cque Europa hab\u00eda dejado de ser el centro del mundo\u201d y que la revoluci\u00f3n que pod\u00eda cambiarlo \u201cdeb\u00eda surgir en California, donde estaban las dos universidades m\u00e1s contraculturales y con m\u00e1s premios Nobel del mundo: Berkeley y Stanford. Por lo visto, el canon obligatorio que hab\u00eda impuesto la izquierda dogm\u00e1tica era que todo lo que produc\u00eda Estados Unidos era imperialismo\u201d.<\/p>\n Hab\u00eda ya algunas evidencias de la plausibilidad y viabilidad de esa revoluci\u00f3n: Ibiza era, desde hac\u00eda tiempo, un topos,<\/em> un lugar concreto, no una fantas\u00eda, un espacio de libertad, como lo eran las comunas en Barcelona y Sevilla \u2014donde hab\u00eda beatniks emigrados de Estados Unidos\u2014; la fiesta, como las drogas, el rock y el ejercicio de la sexualidad \u2014nos deja ver el libro en su conjunto\u2014 no son fuga ni evasi\u00f3n de la realidad, sino la transformaci\u00f3n de la realidad o la experiencia de una realidad distinta. (Por cierto, el rock llegaba en buena medida gracias a las estaciones de radio de las bases navales estadounidenses y a los instrumentos y equipo que tra\u00edan los marinos). No obstante, Ribas nunca fue un promotor de la promiscuidad ni del consumo indiscriminado de las drogas, sino m\u00e1s bien un prudente publicista de la sensualidad y el ejercicio responsable de las libertades.<\/p>\n Los 70 a destajo<\/em> [Barcelona: RBA Libros, 2008] est\u00e1 magn\u00edficamente escrito, con una redacci\u00f3n clara, que permite una \u00e1gil lectura, capitulado de manera bien ordenada en cuanto a temas y etapas. Un libro sin rebuscamientos, pero lleno de erudici\u00f3n, puesto que en cada p\u00e1gina aparece tal cantidad de referencias a libros, autores, artistas, pol\u00edticos, lugares y movimientos culturales que da por resultado un \u00edndice onom\u00e1stico de 23 p\u00e1ginas.<\/p>\n
\n<\/strong>H\u00e9ctor Villarreal<\/p>\n