{"id":3538,"date":"2015-08-18T16:03:10","date_gmt":"2015-08-18T16:03:10","guid":{"rendered":"\/?p=3538"},"modified":"2024-03-01T12:00:37","modified_gmt":"2024-03-01T15:00:37","slug":"santa-teresa-un-libro-vivo","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/santa-teresa-un-libro-vivo\/","title":{"rendered":"Santa Teresa, un libro vivo"},"content":{"rendered":"
Texto le\u00eddo por Florencia Calvo<\/strong>, Dra. En Letras, asesora del proyecto Las Moradas en versi\u00f3n c\u00f3mic, el d\u00eda de la presentaci\u00f3n del libro en la Embajada de Espa\u00f1a<\/em><\/p>\n Empiezo con una an\u00e9cdota. Hace ya algunos a\u00f1os una ma\u00f1ana estaba dando clases en Ezeiza, en la c\u00e1rcel. Era uno de las primeros encuentros que ten\u00eda con esas mujeres y me parece que les estaba explicando alguna \u00e9gloga de Garcilaso. De repente una de ellas me llama: \u201cmaestra, maestra\u201d, el apelativo, que hoy ya no utilizan ni los ni\u00f1os de la primaria, me son\u00f3 raro y me hizo sentir no del todo c\u00f3moda, \u00bfqu\u00e9 pasa? le pregunt\u00e9, \u201cque le\u00ed lo que nos mandaste para hoy y encontr\u00e9 algo que yo conozco\u201d me contest\u00f3 en seguida. Intent\u00e9 recordar qu\u00e9 era lo que les hab\u00eda mandado leer fuera de las \u00e9glogas. \u201cLe\u00ed todo\u201d me dijo. La din\u00e1mica del dictado en la c\u00e1rcel obliga a que los profesores llevemos m\u00f3dulos de bibliografia ya preparados, no siempre bien compaginados por qui\u00e9nes los arman y muchas veces las alumnas leen todo el m\u00f3dulo sin ninguna selecci\u00f3n ni cronograma previos, tiempo para leer nos sobra nos dicen siempre. \u201cEncontr\u00e9 esto\u201d y me mostr\u00f3 un poema de Santa Teresa que no estaba como material de an\u00e1lisis sino como ejemplo de alguna forma m\u00e9trica o estr\u00f3fica que en alg\u00fan momento aprender\u00edamos. \u201cQu\u00e9 suerte\u201d le dije yo y segu\u00ed con Garcilaso. Al rato el \u201cmaestra\u201d otra vez. Y otra vez, me detuve, \u201c yo cantaba esto en la iglesia\u201d me sigui\u00f3 contando, por eso lo conozco. \u201cAh\u201d exclam\u00e9 y volv\u00ed a Elisa, a sus pastores y a sus ninfas, ten\u00eda que terminar s\u00ed o s\u00ed las \u00e9glogas esa clase. No hubo caso, el maestra volvi\u00f3 a cortar el aire. \u201c \u00bfQuer\u00e9s que te cante?\u201d Y entonces, en medio de la c\u00e1rcel, una de las voces m\u00e1s hermosas que escuch\u00e9 en mi vida empez\u00f3 a cantar, casi de memoria, el Vivo sin vivir en m\u00ed de Santa Teresa. El aula ten\u00eda unos ventanales que daban a un campo y esa ma\u00f1ana hab\u00eda bastante sol, nadie que hubiera visto esa escena de afuera podr\u00eda haber adivinado las verdaderas caracter\u00edsticas de esa situaci\u00f3n, porque por un momento fuimos todas iguales, todas mujeres escuchando voces de otras mujeres, tal vez en \u00e9xtasis, tal vez en libertad.<\/p>\n Un nuevo encuentro con Teresa, ya no desde su poes\u00eda sino a trav\u00e9s de su prosa se dio en la factura de este libro y trajo consigo otras y nuevas im\u00e1genes. Siempre la Santa me ha parecido una autora m\u00e1s que compleja, no tanto para leer sino para ense\u00f1ar, no tanto por la obra en s\u00ed misma sino por las operaciones de la cr\u00edtica alrededor de ella. Situada en una serie de encrucijadas que se van volviendo m\u00e1s dif\u00edciles a lo largo del tiempo y que conjugan irreconciliables opuestos en su vida cruzada por la literatura como contrarreformista o revolucionaria, mujer secreta o doctora de la iglesia a lo que se suma el sinuoso triple frente de su producci\u00f3n que oscila entre la autobiograf\u00eda, la doctrina y la cr\u00f3nica. Realicemos un peque\u00f1o recorrido a partir de un p\u00e1rrafo, elegido casi al azar para ver c\u00f3mo desde all\u00ed es posible desplegar una potencialidad nueva capaz de resolver la escritura en imagen presente en el propio texto. Elijo un fragmento del cap\u00edtulo tres de la Cuarta Morada:<\/p>\n Que no fue por los o\u00eddos, que no se oye nada, mas si\u00e9ntese notablemente un encogimiento suave a lo interior, como ver\u00e1 quien pasa por ello, que yo no lo s\u00e9 aclarar mejor. Par\u00e9ceme que he le\u00eddo que como un erizo o tortuga, cuando se retiran hacia s\u00ed, y deb\u00edalo de entender bien quien lo escribi\u00f3.<\/p>\n Una met\u00e1fora: el recogimiento del alma como el erizo entre sus propias espinas o la tortuga bajo su caparaz\u00f3n, un recogimiento interior profundo, hacia s\u00ed y en parte voluntario, nos deja ver incluso el instante de ese retirarse y el peque\u00f1o movimiento que lo realiza pero es tambi\u00e9n un estadio m\u00e1s en el avance del castillo. Met\u00e1fora de met\u00e1foras en el camino de la alegor\u00eda que se podr\u00e1 verificar de igual modo en la mariposa, la palomica, la fuente, el huerto. Y por supuesto tambi\u00e9n en el alma castillo, amurallada de diamantes. Hay m\u00e1s, una teor\u00eda de la autoridad: la santa no ha le\u00eddo, le parece haber le\u00eddo. Los anotadores de las Moradas coinciden al afirmar que la imagen del erizo no es original de Santa Teresa sino que proviene del Tercer Abecedario del franciscano Francisco de Osuna; en esa gu\u00eda espiritual de 1492 leemos:<\/p>\n Lo octavo que este ejercicio recoge es los sentidos del hombre a lo interior del coraz\u00f3n, donde est\u00e1 la gloria de la hija del rey, que es el \u00e1nima cat\u00f3lica; y as\u00ed muy bien se puede comparar el hombre recogido al erizo, que todo se reduce a s\u00ed mismo y se retrae dentro en s\u00ed, no curando de lo de fuera;<\/p>\n Santa Teresa cita su fuente sin citarla, desde el \u201cpar\u00e9ceme que he le\u00eddo\u201d borra su relaci\u00f3n con la autoridad, con sus lecturas anteriores y esconde, casi copiando el descuido del cortesano renacentista, su caudal de conocimientos que le permiten construir y reconstruir los distintos recorridos del alma. Pero no asume su potestad sobre la imagen. El entramado permite ver esta confluencia de tradiciones y de lecturas, esta sabidur\u00eda que suma doctrina pero que produce un texto sencillo cuya mayor complejidad estriba en su intelecci\u00f3n espiritual. Se parte del supuesto de que el lector, mejor aun las lectoras, no pueden ni deben distraerse en citas eruditas que poco ayudar\u00edan en el camino del alma. As\u00ed, la posici\u00f3n frente a la auctoritas trae consigo una posici\u00f3n frente a la escritura, determina un tipo de prosa sencilla, sint\u00e1cticamente clara que hace pensar, una vez m\u00e1s, en una elecci\u00f3n personal pero tambi\u00e9n en una de las claves de la po\u00e9tica renacentista. (huir cuanto sea posible del vicio de la afectaci\u00f3n) Met\u00e1fora, autoridad, escritura y tambi\u00e9n una teor\u00eda del yo po\u00e9tico : un yo que se arma desde un interior entre espinas, entre caparazones, que produce una escritura humilde, un yo limitado que se constituye a partir de la opacidad de su secreto (tal como nos dice Mar G\u00f3mez Glez en este mismo blog), un yo que reflexiona sobre las limitaciones de su propia escritura y que escribe a medida que va transcurriendo por cada uno de los estados del alma. \u201cY yo no lo s\u00e9 aclarar mejor\u201d escribe Teresa, ha agotado sus recursos l\u00e9xicos, ret\u00f3ricos, po\u00e9ticos; deja paso, entonces, a la libertad de la imaginaci\u00f3n. Y franquea asi, no solamente, el acceso al castillo sino tambi\u00e9n a las m\u00faltiples y diversas posibilidades de representaci\u00f3n del alma en su trayectoria. En esta l\u00ednea me interesa destacar otro fragmento del p\u00e1rrafo \u201c si\u00e9ntese un encogimiento como ver\u00e1 quien pasa por ellos\u201d. Cuando la cita, la met\u00e1fora o la escritura ya no alcanzan Teresa apela a la experiencia, no a la propia sino a la del otro, las Moradas es un texto generoso con la experiencia m\u00edstica, es un texto que conf\u00eda absolutamente en la lectura como gu\u00eda espiritual y en la posibilidad de que esa lectura lleve a la experiencia m\u00edstica. Parte de lo no explicado, de lo que la Santa elige retacear al lector no es un acto de ego\u00edsmo sino que reside tambi\u00e9n en esa esperanza \u201cver\u00e1 quien pasa por ellos\u201d. Y tal vez sea eso lo que a 500 a\u00f1os del nacimiento de la Santa nos resulte lo m\u00e1s dif\u00edcil de todo y sea all\u00ed donde finalmente se estrelle nuestra imaginaci\u00f3n. El otro problema fue el de pensar una representaci\u00f3n de las \u201ccosas del mundo\u201d que no cayera en una referencialidad fuerte con una serie actual. El texto ni siquiera habilita esa referencialidad en su contexto dejando de manera bastante amplia las posibilidades de interpretaci\u00f3n de dichos pecados, solo caracterizados como mortales o veniales. Pero, una vez m\u00e1s la imagen viene en auxilio de la lectura, siempre son fieras, sabandijas o bestias ponzo\u00f1osas y la capacidad de reponer el significado quedar\u00e1 en los lectores.<\/p>\n Ya terminando una cita de Miguel de Unamuno de Extramuros quien al hablar de \u00c1vila se\u00f1ala:<\/p>\n Cincha a la ciudad el redondo espinazo de sus murallas, rosario de cubos almenados, y como un cr\u00e1neo, una calavera viva (la gloria mayor del rosario) en lo alto la f\u00e1brica de la catedral, cuyo \u00e1bside cobija recovecos de misterio interior, all\u00ed, entre las bermejas columnas. Ciudad, como el alma castellana, dermatoesquel\u00e9tica, crust\u00e1cea, con la osamenta-coraza por de fuera, y dentro la carne, \u00f3sea tambi\u00e9n a las veces. Es el castillo interior de las moradas de Teresa, donde no cabe crecer sino hacia el cielo. Y el cielo se abre sobre ella como la palma de la mano del Se\u00f1or.<\/p>\n Teresa nos lega en las Moradas todo su espacio laber\u00edntico pero florido, sombr\u00edo pero deleitoso. para cuando, como a sus hermanas de los claustros, nos abrume el encerramiento. Para Unamuno el castillo se resuelve en la ciudad de \u00c1vila. Para los autores de cada una de las Moradas de este libro proyecto homenaje al V Centenario de su nacimiento; el castillo, el alma, el viaje se resolver\u00e1n en tantas formas como dibujantes. Texto le\u00eddo por Florencia Calvo durante la presentaci\u00f3n del libro <\/p>\n","protected":false},"author":2,"featured_media":3540,"comment_status":"closed","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[11],"tags":[],"class_list":["post-3538","post","type-post","status-publish","format-standard","has-post-thumbnail","hentry","category-literatura","h-entry"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/3538"}],"collection":[{"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/users\/2"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=3538"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/3538\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":9667,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/3538\/revisions\/9667"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/media\/3540"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=3538"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=3538"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=3538"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\nEn esa misma l\u00ednea, su prosa habilita las lecturas m\u00e1s variadas que a veces obligan a tomar partido o por una hermen\u00e9utica ciega o por un sencillo an\u00e1lisis textual. Por eso me parece que este proceso de vertir las Moradas al formato de historieta permite tambi\u00e9n otro modo de entender la obra teresiana, no solamente por el cambio de soporte sino tambi\u00e9n por la amplitud de im\u00e1genes que un cambio tal propone.<\/p>\n
\nSobre esto una intuici\u00f3n que confirmar\u00e1n o rechazar\u00e1n los expertos: no result\u00f3 tan dif\u00edcil tal vez la resoluci\u00f3n en dibujo del alma peregrinando por las moradas porque el texto, en su innegable intencionalidad did\u00e1ctica, echa mano de una rica y diversa metafor\u00eda para representar de manera clara lo que parece imposible de representar.<\/p>\n
\nLa misma intuici\u00f3n anterior me lleva a pensar que esta prosa despojada, ermita\u00f1a, como la defini\u00f3 Men\u00e9ndez Pidal, que no se engolfa en dejar huella de citas y de m\u00e1s citas sino que, por el contrario, las difumina, facilita tambi\u00e9n su paso a la historieta.<\/p>\n
\nDe ah\u00ed, me parece, la uniformidad de tono que sobrevuela los variados dibujos. Todas las moradas son diferentes, los modos en los que cada uno se representa los estados del alma tambi\u00e9n lo son, pero est\u00e1n autorregulados por este yo po\u00e9tico que traslada sus propias limitaciones de representaci\u00f3n frente al abismo de la inmensidad, a nuestras propias imaginaciones. Si el yo que escribe, que ha pasado por todas las experiencias que relata, no lo puede aclarar mejor; qui\u00e9nes somos nosotros para hacerlo. Y este l\u00edmite, en lugar de conspirar contra interpretaciones futuras, creo que colabora con ellas.<\/p>\n
\nPienso, al respecto, que las dos mayores dificultades que se plantearon en este proceso de armado del libro tuvieron que ver no s\u00f3lo con esta falta de experiencia m\u00edstica sino tambi\u00e9n con esta p\u00e9rdida, l\u00f3gica, casi cultural de confianza en la eficacia actual de las Moradas como gu\u00eda para el ascenso del alma. Esto condicion\u00f3, por ejemplo, los modos de resolver c\u00f3mo cada una de las moradas pod\u00eda figurarse como superadora de la anterior y no quedar todas ellas en un mismo nivel.<\/p>\n
\nEn fin, como historieta, Teresa de \u00c1vila, Santa Teresa, la Santa, Teresa de Jes\u00fas, aquella que esconde su escritura, que escribe casi sin quererlo, se despoja de sus espinas, de sus caparazones y hasta de sus libros; se hace caballero andante, galaxia, lib\u00e9lula, p\u00e1jaro.
\nSe hace, como ya nos dijera en el Libro de la Vida, un libro vivo.
\nY nos promete, como aquella ma\u00f1ana en la c\u00e1rcel de Ezeiza con voz maravillosa, alguna de las libertades posibles.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"