{"id":5268,"date":"2016-03-01T18:33:49","date_gmt":"2016-03-01T18:33:49","guid":{"rendered":"\/?p=5268"},"modified":"2024-02-26T10:05:39","modified_gmt":"2024-02-26T13:05:39","slug":"confesar-la-carne","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/confesar-la-carne\/","title":{"rendered":"Confesar la carne"},"content":{"rendered":"

Por Luis Diego Fern\u00e1ndez<\/strong><\/em><\/p>\n

\u201cCuanto m\u00e1s cristiano es uno, m\u00e1s expuesto est\u00e1 a los asaltos del diablo\u201d.<\/p>\n

Michel Foucault, Del gobierno de los vivos<\/em>, 1980.<\/p>\n

La tradici\u00f3n cristiana nunca fue ajena a la filosof\u00eda de Michel Foucault. Seguramente la procedencia de una familia cat\u00f3lica de Poitiers (su madre y abuela eran devotas) haya sido un punto no menor a considerar. De igual forma, su formaci\u00f3n primigenia con los jesuitas.<\/p>\n

Hay menciones al cristianismo en la obra de Foucault desde 1973 e incluso desde antes, pero la progresi\u00f3n es notoria desde 1976 en adelante con la publicaci\u00f3n de La voluntad de saber<\/em>, primer tomo de la Historia de la sexualidad<\/em>, llegando a la cima de inter\u00e9s en la d\u00e9cada del ochenta, en los cuatro a\u00f1os finales de vida del fil\u00f3sofo: de 1980 a 1984. Hay dos cursos del Coll\u00e8ge de France casi dedicados con integridad al corpus cristiano: Del gobierno de los vivos <\/em>(1979-1980) y Subjectivit\u00e9 et v\u00e9rit\u00e9<\/em> (1980-1981), a\u00fan no traducido al castellano. Otro extenso material est\u00e1 presente en seminarios como Obrar mal, decir la verdad <\/em>(Universidad Cat\u00f3lica de Lovaina, 1981) y en una serie de conferencias que Foucault ofreci\u00f3 en Berkeley, New York, Vermont, Toronto y el Darmouth College (New Hampshire) entre 1980 y 1983. Muchas de ellas est\u00e1n en proceso de edici\u00f3n en franc\u00e9s e ingl\u00e9s.<\/p>\n

El crstianismo de Foucault ten\u00eda l\u00edmites precisos: no le interesaban textos teol\u00f3gicos sino pastorales (una diferencia sustancial con Giorgio Agamben). Pr\u00e1cticamente todo el corpus moderno que estudiaba proven\u00eda de cuestiones de la Contrarreforma y no del protestantismo, a diferencia de Max Weber. Pero sobre todo, el cristianismo para Foucault es un objeto hist\u00f3rico de reflexi\u00f3n que se inserta a partir del a\u00f1o de transformaci\u00f3n m\u00e1s pronunciado de su filosof\u00eda: 1976-1977. A\u00f1o sab\u00e1tico del Coll\u00e8ge de France, regreso de su viaje m\u00e1s importante a California, abandono de lo que denominaba la \u201chip\u00f3tesis Nietzsche\u201d, ruptura de su amistad con Gilles Deleuze y cr\u00edtica a la izquierda (incluso llevaba un borrador de un libro contra el socialismo). Foucault comenzar\u00eda a pensar en t\u00e9rminos de \u201cgubernamentalidad\u201d de las conductas y posteriormente a centrarse en la noci\u00f3n de \u201cveridicci\u00f3n\u201d: lo que daba en llamar \u201cgobierno por la verdad\u201d. Desde 1977 a su muerte, Foucault estudiar\u00eda tres grandes racionalidades gubernamentales: el arte de gobierno liberal y neoliberal, el poder pastoral cristiano y las morales helen\u00edsticas (c\u00ednicas, estoicas y epic\u00fareas). Es decir: el gobierno de la poblaci\u00f3n (el biopoder), el gobierno de las almas (el pastor) y el auto-gobierno (la ascesis).<\/p>\n

De los m\u00faltiples cruces de Foucault con el cristianismo, dos son centrales: la cuesti\u00f3n de la confesi\u00f3n y la problem\u00e1tica de la carne. Recordemos que el cuarto tomo de la Historia de la sexualidad <\/em>(a\u00fan in\u00e9dito) que permanece guardado con centenares de apuntes a\u00fan no publicados, se titula Les aveux de la chair<\/em> (Las confesiones de la carne<\/em>). La categor\u00eda de chair<\/em> (\u201ccarne\u201d) tiene predilecci\u00f3n en su obra. La carne, seg\u00fan el fil\u00f3sofo, es la sustancia \u00e9tica sobre la cu\u00e1l trabaja el cristiano. Si la confesi\u00f3n es el r\u00e9gimen por medio del cual se extrae la verdad, la carne es la sustancia material que la otorga. El acto de confesi\u00f3n, sobre el que Foucault se extender\u00e1 con detalle, no solo es un decir veraz del sujeto sino una transformaci\u00f3n in\u00e9dita en el mundo Occidental, algo que el modelo asc\u00e9tico-mon\u00e1stico llevar\u00e1 a su perfecci\u00f3n en la noci\u00f3n de \u201cregla de vida\u201d.<\/p>\n

La carne para Foucault es la materia que se examina para llegar al deseo por medio de la codificaci\u00f3n de los actos pecaminosos. Si algo caracteriza a la confesi\u00f3n, dec\u00eda Foucault, es que por vez primera se pone en discurso al sexo. La regularidad de la confesi\u00f3n desde el Concilio de Trento (Siglo XVI) implica, parad\u00f3jicamente, la explosi\u00f3n de los discursos perversos y la puesta en cuesti\u00f3n de la moral sexual. Sin embargo, Foucault no ve\u00eda coerci\u00f3n en la confesi\u00f3n, sino por el contrario, un dispositivo que ayud\u00f3 a la proliferaci\u00f3n de los discursos sobre las sexualidades her\u00e9ticas que va a la par de la literatura libertina un siglo m\u00e1s tarde. En ese sentido, hay grandes diferencias entre la apoximaci\u00f3n nietzscheana y la foucaultiana: para el fil\u00f3sofo alem\u00e1n el cristianismo operaba una ruptura con la moral aristocr\u00e1tica greco-romana y extirpaba toda individualidad (propiciaba una moral de esclavos); para Foucault, por el contrario, el poder pastoral cristiano continuaba y refinaba cierta moralidad austera del helenismo y, lejos de masificar, ten\u00eda un poder individualizante en sus fieles a trav\u00e9s del aparato confesional que los dotaba de una subjetividad vigilante y atenta en relaci\u00f3n a su deseo.<\/p>\n

Seg\u00fan el fil\u00f3sofo, antes del cristianismo no exist\u00eda el concepto de carne sino de aphrodis\u00eda<\/em> (placeres); la carne introducir\u00e1 el atributo del estado ca\u00eddo en la concupiscencia (el pecado) en el cual todo hombre est\u00e1. La verdad de ese cuerpo ca\u00eddo se esconde en el deseo que debe ser extra\u00eddo por el acto de la confesi\u00f3n. De ah\u00ed que Foucault declarara que en Occidente \u201csomos animales de confesi\u00f3n\u201d y que no tenemos ars er\u00f3tica<\/em> (como los chinos, japoneses o indios) sino una scientia sexualis<\/em> (t\u00e9cnica de producci\u00f3n de la verdad sobre el sexo).<\/p>\n

En Del gobierno de los vivos<\/em> dec\u00eda: \u201cLa presencia del diablo no se conjura nunca\u201d. Por ello no hay santidad que garantice su ausencia. La lecturas de los Padres Apost\u00f3licos que hace el fil\u00f3sofo (en especial de Casiano, Hermas, Ireneo, Policarpo o Tertuliano) dan cuenta de la coexistencia del mal en el alma. La carne es la sede que da cuenta de la perversi\u00f3n de la naturaleza humana para el cristiano. No se trata solo de una mancha dice Foucault, sino de una falta original en la simiente: el semen, producto de la carne, no hace sino m\u00e1s que proliferarla. Si el pecado se introdujo en nosotros, Satan\u00e1s tom\u00f3 sitio en el alma de los hombres.<\/p>\n

Son evidentes las razones por las cuales a Foucault le interesa el corpus cat\u00f3lico romano y no el protestante: en el segundo la sola fe ilumina en el contacto personal con el creador; en el culto cat\u00f3lico la confesi\u00f3n procede a la liberaci\u00f3n del pecado que siempre es provisoria y nunca definitiva: el contacto es con el pastor que conducir\u00e1 nuestras almas y cuerpos. El trabajo de acesis (mortificaci\u00f3n y purificaci\u00f3n) se ve en el bautismo, en el acto confesional, en el exorcismo. En todos los casos, la carne es la arcilla que nos constituye. Pero la carne naci\u00f3 de la falla. Por ello el m\u00e1s santo puede ser el m\u00e1s libertino (algo usual: el marqu\u00e9s de Sade se form\u00f3 con jesuitas y Agust\u00edn de Hipona fue un gran orgiasta de joven).<\/p>\n

La noci\u00f3n de \u201ccarne\u201d es un elemento que se introduce en el dispositivo confesional cat\u00f3lico pero tambien en la discursividad del deseo \u2013libertina y pornogr\u00e1fica- y por lo tanto, en la reelaboraci\u00f3n de nuevos placeres, as\u00ed lo fue con el sadomasoquismo que practicaba Foucault. La relaci\u00f3n entre catolicismo y sadomasoquismo requiere ser pensada, es un trabajo que debe hacerse.<\/p>\n

El cristianismo, en t\u00e9rminos foucaultianos, inventa al hombre como \u201csujeto de deseo\u201d. Somos sujetos de deseo esperando ser auscultados. Somos carne que habla.<\/p>\n

Luis Diego Fern\u00e1ndez \u00a0<\/strong><\/em>es Licenciado en Filosof\u00eda con Diploma de Honor (Universidad de Buenos Aires). Actualmente es Doctorando en Filosof\u00eda (Universidad Nacional de San Mart\u00edn) con el proyecto \u201cEl neoliberalismo de Michel Foucault: una anal\u00edtica de Naissance de la biopolitique (Cours au Coll\u00e8ge de France, 1978-1979)\u201d. Profesor titular de la materia \u201cProblemas Filos\u00f3ficos\u201d en la Universidad Torcuato Di Tella. Investigador Asociado del Centro de Investigaciones Filos\u00f3ficas.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

La tradici\u00f3n cristiana nunca fue ajena a la filosof\u00eda de Michel Foucault. Seguramente la procedencia de una familia cat\u00f3lica de Poitiers (su madre y abuela eran devotas) haya sido un punto no menor a considerar. De igual forma, su formaci\u00f3n primigenia con los jesuitas.<\/p>\n","protected":false},"author":2,"featured_media":5269,"comment_status":"closed","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[11],"tags":[],"class_list":["post-5268","post","type-post","status-publish","format-standard","has-post-thumbnail","hentry","category-literatura","h-entry"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/5268"}],"collection":[{"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/users\/2"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=5268"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/5268\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":9515,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/5268\/revisions\/9515"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/media\/5269"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=5268"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=5268"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=5268"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}