{"id":5828,"date":"2016-05-27T13:36:06","date_gmt":"2016-05-27T13:36:06","guid":{"rendered":"\/?p=5828"},"modified":"2016-06-11T02:07:03","modified_gmt":"2016-06-11T02:07:03","slug":"luis-thonis-habla-de-un-poema-de-sergio-rienzi","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/luis-thonis-habla-de-un-poema-de-sergio-rienzi\/","title":{"rendered":"Luis Thonis habla de un poema de Sergio Rienzi"},"content":{"rendered":"

Sala de espera
\n<\/strong>
\nLas amo.
\nEn esta, llena de viejas y viejos callados, de malhumor, por alg\u00fan malestar que les aqueja el alma el cuerpo o por el estupor, o por la constipaci\u00f3n espiritual, o por la falta de vitalidad, o s\u00f3lo porque eso es la vejez. Escucho a los Rolling Stones, no deber\u00eda subestimar el poder de la vejez, la vida no me sonr\u00ede, no le sonr\u00ede a nadie en realidad, en particular, en general la vida es una puta arp\u00eda y arisca de coraz\u00f3n duro como pan de antes de ayer que no le sonr\u00ede a nadie, pero pasa, como la tarde \u00e9sta, y soy yo el que le sonr\u00ede, me saco el sombrero inexistente, signo de cortes\u00eda, le finjo que le devuelvo un favor que no existe, todos contentos, la vida, yo.
\nVentilador de techo. A mi izquierda, una nona de ley, de las duras, con brazos grandes, carnosos, parece que tuviera un brazo de camionero la nona, ya no se hacen mujeres as\u00ed, de brazos grandes y carnosos y blancuzcos, brazos que baldearon veredas enteras ma\u00f1anas enteras, brazos grandes que amasaron pastas, \u00f1oquis, ravioles, brazos que lavaron casas enteras, brazos que levantaron medianeras, no es para tanto, pero brazos. Con manchas y ronchas entradas en edad, que parecen orugas pastando en la piel, no, ya no se hacen mujeres as\u00ed.
\nLas de ahora, hablan raro, son flaquitas, muy flaquitas e in\u00fatiles, y creen ser due\u00f1as de la verdad, tienen mucha bijouterie y muchos clish\u00e9s de mam\u00e1 y pap\u00e1 y un autito lindo y chiquito y de color, y son cancheras: las cancheritas\u2026 muertas. Las cancheras las cancheras las cancheras, muertas. Las flaquitas pobres postmodernas. Feministas. Igualitaristas. Concienzudas. Caritativas. Falsas.
\nIncapaces de pedirles a sus novios y maridos que les hagan la cola. Tienen que rog\u00e1rselo despu\u00e9s a otros sementales.
\nLas flaquitas de ahora.
\nA mi derecha, un se\u00f1or desgarbado de unos ochenta, dir\u00eda yo, menoscabado, socavado por la edad, con la mirada achinada de ojos verdes, y muchas arrugas y lunares gigantes para alunar, en la cabeza. A ese viejo le queda poco, a mi entender, estoy seguro. Est\u00e1s en la recta final, viejo.
\nNo soy m\u00e9dico pero entiendo cuando la muerte galopa a buscar a su destinatario.
\nGanas de decirle pero no, me reprimo.
\n\u00bfY si no lo sabe?<\/p>\n

Paisajes del vivero<\/em>, Sergio Rienzi, Nuevo hacer, 2010<\/p>\n

 <\/p>\n

Sobre <\/strong><\/em>Sala de espera<\/strong> dice Luis Thonis:<\/strong><\/em>
\nSala de espera es uno de los textos en prosa del libro de poemas Paisajes del vivero<\/em>.
\nAunque inevitablemente se tiende a trazar una frontera entre la vida y la muerte para disfrutar m\u00e1s de la primera, la muerte es parte de la vida. Insiste en algunos lugares m\u00e1s que otros. Cada vez que entr\u00e9 a un geri\u00e1trico o residencia de abuelos pens\u00e9 en el juego de la ouija que es un modo de hablar con los difuntos mediante las letras de un tablero, es algo que los abuelos practican como un h\u00e1bito y con letras marcadas por el tiempo.
\nHay un poema de Catalina Boccardo en su libro Formosa\u00a0<\/em>(El Suri Porfiado, 2015) : \u201cjugaba a la ouija\/ si hac\u00e9s hablar a los muertos\/a\u00f1amemby\/traer\u00e1s mala suerte\/no los tientes entre los vivos\/era un llamado sin consecuencias\/nadie contestaba\u201d
\nA\u00f1amemby significa hija del diablo y se lo dicen sin ninguna connotaci\u00f3n demon\u00edaca, como cuando se reta a los ni\u00f1os para que se porten bien. Retan aparentemente a la ni\u00f1a que quiere convertirse en transmisora de la voz de los muertos porque no se quiere saber de ellas por lo que pueden llegar a decir. Pero pasa que la ni\u00f1a no es una ni\u00f1a, es una voz que puede ser abuela, madre y mujer en un matriarcado endog\u00e1mico donde la confusi\u00f3n predomina sobre la ley y el llamado no ser\u00e1 escuchado. La comunidad aborigen refuerza la frontera pero esto pasa en todos los lugares y en todas las clases sociales.
\nEn la residencia los abuelos mayores de 75 a\u00f1os no est\u00e1n muertos pero juegan libremente a la ouija sin que la sociedad en sus representantes los haga decir lo que quiere y hasta rescriba su historia. No hay que vivir de recuerdos, suele decirse, pero los recuerdos son su tesoro y un llamado en quienes rememoran por estar privados de todo futuro. \u00bfQu\u00e9 es un sujeto sin recuerdos intensos ni historia? Una sombra que quiere encarnarse apropi\u00e1ndose de las historias e incluso las vidas de los otros.
\nRienzi contrasta las nonas de ley con las chicas de hoy con un humor \u00e1spero y sabio: \u201cLas cancheras, las cancheras, las cancheras, muertas\u201d. \u00bfYa no se hacen mujeres as\u00ed?, insiste en preguntarse.
\nUn d\u00eda al salir de la residencia vi un abuelo que se hac\u00eda transportar a la puerta en silla de ruedas y cuando me abrieron quise ayudarlo a salir. No puede salir, me dijo la enfermera. La familia del hombre viv\u00eda a una cuadra y media, lo atend\u00eda bien, pero \u00e9l quer\u00eda salir a encontrarse con lo imprevisible, con un futuro que le estaba vedado. Pero el hombre no se resignaba y me recordaba a Nietzsche cuando afirma que no hay que buscar la juventud en los j\u00f3venes.
\nNo encuentro mejor figura para hacer legible el cruce cotidiano de la vida y la muerte. Hay gente mayor habitada por un potencial de vida que al carecer de futuro por momento los angustia y los tortura. Por momentos la residencia pueda parecer un campo de concentraci\u00f3n, pero ah\u00ed no se les roba la muerte a los sujetos como afirma Arendt en los Or\u00edgenes del totalitarismo, se la administra y se la difiere. Parecen presidiarios y algunos se piensan as\u00ed. O plantas que vegetan en un c\u00e1lido invernadero plastificado. \u00bfSe puede hacer otra cosa? Rienzi da el primer paso: amarlos.
\nEl texto de Rienzi transforma la residencia en una gran sala de espera donde no es necesario ser m\u00e9dico para escuchar a la muerte galopando. A menudo la muerte viene hacia ellos, pero es h\u00e1bil en giros narrativos, como una escritora talentosa, y cualquiera puede ser su presa. En estos paisajes nos encontramos con una poes\u00eda \u00e1rida pero musical, menos preocupada porque la tierra sea bald\u00eda o fecunda sino porque est\u00e9 sembrada de palabras que parten de tres infinitivos \u00abcaminar, coger, comer\u00bb, que es \u201ctan f\u00e1cil, pero tan imposible\u201d cuando no hacen un verbo y sucumben a \u201c los sobornos del dios oscuro\u201d se vuelven crudos- palabra que no es ajena a la crueldad -crudelis- cuando lo real irrumpe programado y se quiere jibarizar la vida, un vivero donde se siembra, arde y vegeta en su sala de espera.
\n\u00bfPodr\u00e1 el coraz\u00f3n latir en una rumorosa calma y una fresca paz oscura lejos de los sobornos de un dios oscuro?, me pregunto luego de leer este poema.
\nSergio Rienzi invita a meter los pies en el barro, no entrega en bandeja la realidad, la capta de golpe desde el cristal de un vivero desde el cual un tren fantasma viene desde el cielo.<\/p>\n

 <\/p>\n

Luis Thonis<\/strong> (Buenos Aires, 1949) public\u00f3 Siglo de manos y la criatura (1987, poemas), Eunoe (1991, poemas y relatos), Cuerpos in\u00e9ditos (1985, poemas y relatos), Estado y ficci\u00f3n en Juan B. Alberdi (2001, ensayo), No vienen avispas (2012, poemas), Milagro infame (2012, relatos) y Micoficciones , entre otras obras. Form\u00f3 parte de los consejos de redacci\u00f3n de las revistas Literal, Xul, Sitio e Innombrable.\u00a0<\/em><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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