Al que ingrato me deja, busco amante;
\nAl que amante me sigue, dejo ingrata;
\nConstante adoro a quien mi amor maltrata;
\nMaltrato a quien mi amor busca constante.<\/p>\n
Al que trato de amor, hallo diamante,
\nY soy diamante al que de amor me trata;
\nTriunfante quiero ver al que me mata,
\nY mato al que me quiere ver triunfante.<\/p>\n
Si a \u00e9ste pago, padece mi deseo;
\nSi ruego a aqu\u00e9l, mi pundonor enojo:
\nDe entrambos modos infeliz me veo.<\/p>\n
Pero yo, por mejor partido, escojo
\nDe quien no quiero, ser violento empleo,
\nQue, de quien no me quiere, vil despojo.<\/p>\n
Este poema, duro y aristado, un soneto puede parecer un f\u00f3sil, muestra que ciertas maneras de plantear el amor en la actualidad, no son todo lo modernas que quisiera la vanguardia. Tambi\u00e9n c\u00f3mo la mec\u00e1nica del lenguaje puede atrapar la naturaleza vol\u00e1til de lo sentimental.<\/p>\n El poema de de la Cruz, como una m\u00e1quina de enunciar, o de pensar, nos sugiere que la ciencia puede venir en ayuda del discernimiento. Que arrojando las piezas del conflicto dentro de un soneto, el procedimiento literario nos devolver\u00e1 algo m\u00e1s bello y menos amenazante.<\/p>\n La tristeza de buscar el amor de quien nos deja, o la indignidad de abandonar a quien nos ama, no resultan tan inquietantes como estos t\u00e9rminos morales devueltos en forma de reflejo por un poema barroco que deja al descubierto lo irracional. \u00bfEn qu\u00e9 momento estos t\u00e9rminos amor-ingratitud-b\u00fasqueda, comienzan a comportarse asim\u00e9tricamente? Sea el que fuere, en ese momento el soneto comienza a comportarse como un silogismo.<\/p>\n Elegir el soneto no parece casual cuando se trata un tema al que se le busca una salida. De hecho hay m\u00e1s sonetos de la autora con el mismo tema, pero acaso este sea el m\u00e1s inquisitivo. Para evitar dispersiones, todos los versos tienen 11 s\u00edlabas que riman consonantes. Durante las dos primeras estrofas, el planteo resulta asfixiante porque sus rimas ABBA, con cierta mordacidad, no dejan salir ni entrar nada de esa relaci\u00f3n entre seguir-dejar-buscar-amar-triunfar-matar.<\/p>\n El primer cuarteto habla del trato amoroso, el segundo sobre la conciencia de este comportamiento injusto, como si desde el origen de los tiempos la gente amara as\u00ed, y nada fuera capaz de modificarlo. Entonces, cuando con generosidad la escritora evita complicidades, detr\u00e1s de esa monol\u00edtica primera persona, estamos todos los que antes o despu\u00e9s, nos ponemos delante de sus versos.<\/p>\n Pero este friso de m\u00e1rmol, quiz\u00e1s el de un ordenado y cl\u00e1sico sepulcro para el alma del amante, tiene otro par de estrofas impares que desestabilizan la regularidad de las dos primeras, y proponen una salida. Esta salida es una reflexi\u00f3n de tipo moral, que trat\u00e1ndose de un dilema tan complejo, tampoco da resultados felices.<\/p>\n Por alguna raz\u00f3n en la primera parte, cuando se presentan los hechos dom\u00e9sticos, las categor\u00edas que se usan son m\u00e1s elevadas que las del final: \u201cAmar-triunfar-matar\u201d, contra los posteriores: \u201cmejor partido-pundonor-vil despojo\u201d. Como si no se pudiera pensar \u00fatilmente mientras se es parte de una cadena de pertenencias. La conclusi\u00f3n est\u00e1 en la ante\u00faltima estrofa: interrumpiendo el ritmo paralelo, dice que no hay manera de ser feliz en el amor.<\/p>\n El postulado siguiente, al final del poema, es solo una conclusi\u00f3n de emergencia, una gu\u00eda pr\u00e1ctica para quienes puedan buscar en la poes\u00eda algo \u00fatil, quiz\u00e1s a la usanza de la \u00e9poca. Pero queda claro que las opciones ofrecidas est\u00e1n muy alejadas de las aspiraciones con las que se trataba el tema en el inicio.<\/p>\n La soluci\u00f3n propuesta en los tercetos es decepcionante. Quiz\u00e1s porque resolver el amor est\u00e9 destinado al fracaso, o porque el orden terrenal pone las leyes del amor en t\u00e9rminos mezquinos. Viendo la figura vertical del poema, e inspirado sin quererlo en la probable verticalidad que debi\u00f3 sufrir Sor Juana en el convento, no puedo evitar configurar la composici\u00f3n como una cosmogon\u00eda en donde cuartetos impenetrables flotan sobre imperfectos y terrenales tercetos.<\/p>\n Afirmando la irregularidad del terceto, en el segundo de ellos, es decir familiarizados con esta nueva l\u00f3gica, la autora se pronuncia pr\u00e1ctica y expeditiva, no est\u00e1 conforme, pero podr\u00eda ser peor.<\/p>\n Visualmente, las dos \u00faltimas estrofas de tres versos son inferiores en tama\u00f1o que las primeras de cuatro, como si ya no hubiera lugar para mayores ambiciones que el mal menor. En este escenario restringido es donde Juana In\u00e9s de la Cruz, despu\u00e9s de haber planteado magistralmente uno de los temas centrales del arte y la filosof\u00eda, nos ilustra que se puede sufrir por amor, pero que la soluci\u00f3n propuesta a ras del suelo no puede aliviarlo.<\/p>\n <\/p>\n Sergio Pangaro<\/strong> public\u00f3\u00a0Se\u00f1ores Chinos (1999),\u00a0Oh poes\u00eda (2003),\u00a0ZZZ (2004),\u00a0<\/em>Memorias de Baccarat (2005).\u00a0Sus textos fueron incluidos en las antolog\u00edas:\u00a0Confesionario (2005) del Centro Cultural Ricardo Rojas,\u00a0Antolog\u00eda Poetas Rock (2003), compilado por Gustavo Alvarez N\u00fa\u00f1ez,\u00a0Cuentos Argentinos (2003), compilado por Rodolfo Fogwill. Art\u00edculos period\u00edsticos, poes\u00edas y opini\u00f3n en\u00a0Cerdos y Peces<\/em>\u00a0(1991),\u00a0Negra<\/em>\u00a0(2005),\u00a0El D\u00eda<\/em>\u00a0de La Plata (1997-1998),\u00a0Belleza y Felicidad<\/em>\u00a0(1998),\u00a0Abuelas de Plaza de Mayo<\/em>\u00a0(2002) y la revista de literatura y traducci\u00f3n\u00a0Tokonoma<\/em>\u00a0(1993-2014).. Edit\u00f3 sus composiciones musicales en los albums\u00a0Baccarat por el mundo (1999),\u00a0Debut y Despedida (1999),\u00a0<\/em>En vivo en La Ideal (2001),\u00a0Baccarat en castellano…! (2003),\u00a0Autoayuda (2005),\u00a0Grandes \u00c9xitos del Ma\u00f1ana (2013) Partici\u00f3 junto a Alfredo Prior de las perform\u00e1nces\u00a0Operas Chinas Completas (1999), y\u00a0C\u00f3mo resucitar una liebre muerta (2000),\u00a0en el Museo de Arte Moderno.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Sergio Pangaro<\/p>\n","protected":false},"author":2,"featured_media":6225,"comment_status":"closed","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[286],"tags":[37,385],"class_list":["post-6222","post","type-post","status-publish","format-standard","has-post-thumbnail","hentry","category-poetas-leen-poesia","tag-poesia","tag-poetas","h-entry"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6222"}],"collection":[{"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/users\/2"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=6222"}],"version-history":[{"count":0,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/6222\/revisions"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/media\/6225"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=6222"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=6222"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=6222"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\nSobre este soneto de sor Juana In\u00e9s de la Cruz, dice Sergio P\u00e1ngaro:<\/em><\/p>\n