{"id":8668,"date":"2017-12-05T15:32:12","date_gmt":"2017-12-05T15:32:12","guid":{"rendered":"\/?p=8668"},"modified":"2024-07-25T15:19:24","modified_gmt":"2024-07-25T18:19:24","slug":"la-mirada-los-peces","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/la-mirada-los-peces\/","title":{"rendered":"La mirada de los peces"},"content":{"rendered":"
La mirada de los peces<\/strong> En 2016, Sergio del Molino no se sorprendi\u00f3 cuando el que hab\u00eda sido su profesor de filosof\u00eda del instituto, el activista Antonio Aramayona, le dijo que iba a suicidarse. <\/div><\/div>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":" Random House, 2017<\/p>\n","protected":false},"author":2,"featured_media":8671,"comment_status":"closed","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"footnotes":""},"categories":[271],"tags":[],"class_list":["post-8668","post","type-post","status-publish","format-standard","has-post-thumbnail","hentry","category-el-bibliotecario-virtual-recomienda","h-entry"],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8668"}],"collection":[{"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/users\/2"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=8668"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8668\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":9775,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/8668\/revisions\/9775"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/media\/8671"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=8668"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=8668"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/v4.cceba.org.ar\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=8668"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}
\nSergio del Molino<\/strong>
\nBarcelona, Literatura Random House, 2017<\/strong><\/p>\n
\nLa mirada de los peces empieza como un libro sobre este carism\u00e1tico maestro, defensor a ultranza de la educaci\u00f3n p\u00fablica, el laicismo y el derecho a una muerte digna, para convertirse enseguida en un di\u00e1logo con el pasado y la memoria del propio autor, que recuerda una adolescencia cargada de rabia, ruido y violencia en el barrio pobre de Zaragoza del que siempre plane\u00f3 fugarse.
\nEn este di\u00e1logo \u00abentre el pasado y el presente escrito desde una primera persona en la que muchos lectores podr\u00e1n poner la suya propia\u00bb, Sergio del Molino explora la culpa por abandonar a quienes nos ense\u00f1aron a mirar el mundo, las primeras traiciones y decepciones y los l\u00edmites siempre grises entre la rebeld\u00eda y la complicidad con lo abyecto, volviendo siempre a la figura de un profesor \u00abcoherente hasta lo inveros\u00edmil\u00bb que accion\u00f3 los resortes de unos j\u00f3venes que buscaban su propia naturaleza.<\/p>\nCrec\u00ed en una casa comunista, de un comunismo ambiental y sin carnet que glorificaba la educaci\u00f3n y las buenas notas. Mi madre vot\u00f3 no a la OTAN en el ochenta y seis y mi abuelo era de Carrillo, aunque para entonces ni el propio Carrillo fuera de Carrillo. No te puedo dejar nada, dec\u00eda mi madre, lo \u00fanico que tengo para tu futuro es que estudies. Es la escuela p\u00fablica, es el instituto p\u00fablico. Se dec\u00eda con orgullo, eso de p\u00fablico, y se abominaba de curas y de monjas y del internado de Sig\u00fcenza donde encerraron a mi padre. Mi madre s\u00f3lo estudi\u00f3 secretariado cuando las secretarias a\u00fan se llamaban secretarias, en un instituto p\u00fablico del Retiro. A\u00f1os despu\u00e9s, cuando yo viv\u00eda en Madrid, me pidi\u00f3 que buscase su t\u00edtulo. Nunca lo hab\u00eda recogido y llevaba cinco lustros en un archivador. Sub\u00ed la Cuesta de Moyano y entr\u00e9 en aquel edificio luminoso y racionalista, pegado al observatorio astron\u00f3mico, todo siglo XVIII, y maldije a aquellos estudiantes que parec\u00edan mucho m\u00e1s felices que mis antiguos compa\u00f1eros de clase. Aqu\u00ed no se aburren, me dije. Cuando se escapan a fumar porros, se los fuman a la sombra del \u00c1ngel Ca\u00eddo o mientras roban libros en la cuesta. Yo fumaba porros en un portal frente al Riojano, una bodega que vend\u00eda litronas a los ni\u00f1os de quince a\u00f1os. Pensaba que el aburrimiento escolar era una cosa inevitable sufrida por todo el mundo, pero mientras esperaba en aquel mostrador a que me diesen el t\u00edtulo de secretariado, sospech\u00e9 que no todos los aburrimientos eran iguales.<\/q><\/em>
\nhttps:\/\/elpais.com\/cultura\/2017\/09\/07\/actualidad\/1504786238_785613.html<\/a>
\nhttps:\/\/elpais.com\/cultura\/2017\/09\/14\/babelia\/1505412303_228672.html<\/a><\/p>\n