Poetas leen poesía

Roberto Malatesta habla de dos poemas de Eugenio Montale

Con pálida y absorta somnolencia

Con pálida y absorta somnolencia

recostarme en el muro de una huerta,

sentir en los arbustos la presencia

del pájaro escondido y la culebra.

 

Por la senda o encima de la hierba

curiosear la labor de las hormigas,

ya sea que se dispersen o se apiñen

en la cima de su ínfima gavilla.

 

Al observar a través del follaje

las lejanas escamas del oleaje

escuchar la cigarra que se obstina

con su chirrido en la árida colina.

 

Y al alejarnos, bajo el sol que ciega

sentirnos deslumbrados por la pena

de saber que esta vida y su faena

es como recorrer una muralla

rematada con vidrios de botella.

Traducción:  Ricardo Herrera

 

Sobre Con pálida y absorta somnolencia dice Roberto Daniel Malatesta:

Me suena tan familiar este poema de Montale, aunque para mí el mar esté a una distancia inaudita. Me resulta familiar ese sopor de la siesta, esos huertos que aunque cerrados con tapiales, costumbre italiana: rematados con vidrios de botella. Ese clima misterioso, su microcosmo que los hace infinitos, y por lo tanto, por su infinitud el mar bien puede caber en sus alrededores.  Es esa humedad, tan de mi región litoraleña, ese cerrarse del aire, y, aquí llegamos a uno de los puntos clave: ese silencio hace que se perciban presencias:   pájaro, culebra;   nótese  que no se oye al pájaro ni a la culebra, la tranquilidad es tal que nos hace “sentir la presencia”…sólo la chicharra con su sonido de fondo se impone, tanto que ya bien puede tratarse del silencio mismo, en otra vibración. Estamos en el verano, estación más que propicia para sestear en el patio, tumbado contra el tapial o un árbol, y en duermevela, observar lo mínimo, “curiosear la labor de las hormigas”: todo es significativo, desde esos insectos que se mueven por momento casi sin sentido, parábola quizás de la locura humana, se apiñan en la cima de una ínfima gavilla, y todo esto nos retrotrae a la infancia, o para mejor expresarlo: nos trae la infancia. Nadie mejor que el niño para fijar la atención, para sentir. Me trae mi propia infancia en el patio de mi casa natal o en el de mis abuelos. Ese placer del silencio donde todo, nos dirá Montale, está a punto de revelar  un íntimo secreto…no importa que no resulte, no importa develar, importa esa sensación, también infinita de inminencia.

Llegamos a un verso que me gusta destacar como ejemplo de traducción, en italiano dice “lontano di scaglie di mare” los acentos en las a, las consonantes n d l, las i, toda una reproducción sonora del oleaje del mar, traducirlo literalmente en “lejano de escamas de mar”  es una destrucción del sonido, por lo tanto del verso. Qué elige el traductor, para mí espléndido: “las lejanas escamas del oleaje”, dónde los golpes de las l y las j, los acentos  también en las a, nos devuelven el mar del verso original, repito espléndido.  No el único acierto, desde ya, pues si el poema en castellano cautiva también se lo debemos al traductor, quien trae el jardín italiano y lo transplanta, como aquel girasol Montaliano “enloquecido de luz” en nuestros jardines.

Y el final, esa triste maravilla de Montale en otro oxímoron, “sentirnos deslumbrados por la pena” esa pena que deslumbra en nuestras pequeñas tristezas, en nuestros reductos de percepción, y esa muralla que recorremos y, todavía nos lo recuerda el poeta, como denotando ausencia de opciones, recordemos el sufrido silencio que operó el fascismo sobre Montale,   “rematada con vidrios de botella”.  Creo que la triste maravilla, y es esto una opinión personal, puede remplazar la tan remanida “felicidad”, ¿qué es feliz entre resquebrajamientos?  Quizás el próximo poema contenga la respuesta.

Arrastra hasta la orilla calcinada

Arrastra hasta la orilla calcinada

los barcos de papel, y luego duerme;

no escuches, muchachito, la bandada

de espíritus malignos que planeando se cierne.

 

Revolotea el búho por el huerto

y un humo lento se espesa en los techos.

El instante que arruina todo el trabajo hecho

llega: a veces estalla, otras hiende en secreto.

 

Crece la grieta; aunque todo esté quieto.

Aquel que edificó se sabe condenado.

Es la hora en que se salva sólo el barco varado,

amarra tu flotilla junto al seto.

Traducción:  Ricardo Herrera.

 

Sobre Arrastra hasta la orilla calcinada dice Roberto Daniel Malatesta: 

Cómo semejante muestra de oscuridad puede ser tan lumínica, quizás sólo Cesar Vallejos y Montale.  Otra vez la infancia pero aquí explícita, ese muchachito que fuimos, y tal vez somos, cuando los espíritus malignos sobrevuelan en fúnebre planeo,  por eso “arrastra… los barcos de  papel… y luego duerme”.  Si todo está signado para la grieta, que estalla o en secreto hiende, porqué tanto afán, tanta “vanidad de vanidades”, vale el barco varado, la infancia y la poesía que a veces es una, aunque desasosegada, forma de perpetuarla. Hay un aire de pasajes bíblicos, antiguo testamento: Eclesiastés, anhelo de viento, vanidad de vanidades. Para qué todo ese esfuerzo. Pero la poesía no construye, al menos lo sólido, la poesía  amarra sus palabras junto al seto. Aquí también el jardín de la infancia como en el poema anterior, también esa “triste maravilla” por la cual nos desplazamos, esa respuesta en medio de los resquebrajamientos. Y quizás la poesía sea eso. Qué importa la poesía: una respuesta o un llamado en medio de los resquebrajamientos.

Roberto Malatesta nació en la ciudad de Sta. Fe, República Argentina, en 1961. Ha publicado varios Poemarios:  entre ellos : “Las Vacas y otros Poemas” (1994), ambos ediciones delanada, Premio Municipal de Sta. Fe.. “Por encima de los techos” editado en el 2003 por la revista El Arca del Sur . 2004 por Ediciones Leviatán. 2011 y 2012 ediciones de la UNL. Este libro es premio Pedroni categoría Edito

“Cuaderno del no hacer nada” 2009 Editorial Sigamos Enamoradas.

En el año 2010 obtiene el premio  José Pedroni de Poesía en obra inédita con “La nada que nos viste”.  Editado conjuntamente por la Unl y el Ministerio. de Innovación y Cultura de la Pcia. de Santa Fe.

En el Año 2011 la Editorial Leviatán edita la Antología “El silencio iluminado” que reúne poemas escritos desde 1987 hasta la actualidad.

“La estrella roja y otros poemas” Ediciones Leviatán

Incluido en Antologías de Poesía Argenina, entre ellas:

“Señales de la nueva poesía Argentina” Gijón España.

Poetas 2, autores de fin de siglo, Editorial Desde la Gente.

“Voix d´Argentine” 2009 Le temps des Cerises- Ecrits des Forges- Leviatán,  Québec, Canadá.

Cuestión de Luz. Diecisiete poetas Argentinos. Editorial Huesos de Jibia.

Poesía del Pensamiento, editorial Endymión. España. 2015.

Junto con la cantautora Flopa Lestani, actuó en espectáculos de poesía y música en distintos escenarios, entre ellos el CCEBA.

 

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