Poetas leen poesía

Griselda García habla de un poema de Robert Frost

Segando

No había en el bosque otro sonido, sólo uno,
y era el de mi larga guadaña susurrándole al suelo.
¿Qué era lo que le susurraba? Ni yo mismo lo sabía;
quizás era algo sobre el calor del sol,
algo, quizás, sobre la falta de sonido –
y era por eso que susurraba en vez de hablar.
No era un sueño sobre el premio de horas ociosas,
o del oro fácil en la mano de un hada o elfo:
cualquier cosa que no fuera la verdad habría parecido muy débil
al amor serio que dispuso el valle en filas,
no sin tallos de flores con espinas débiles
(pálidas orquídeas), y asustó a una brillante serpiente verde.
El hecho es el sueño más dulce que la labor conoce.
Susurró mi larga guadaña y dejó el heno por hacer.

Traducción de Griselda García

 

Robert Frost, Mowing

There was never a sound beside the wood but one,/ And that was my long scythe whispering to the ground./ What was it it whispered? I knew not well myself;/ Perhaps it was something about the heat of the sun,/ Something, perhaps, about the lack of sound—/ And that was why it whispered and did not speak./ It was no dream of the gift of idle hours,/ Or easy gold at the hand of fay or elf:/ Anything more than the truth would have seemed too weak/ To the earnest love that laid the swale in rows,/ Not without feeble-pointed spikes of flowers/ (Pale orchises), and scared a bright green snake./ The fact is the sweetest dream that labor knows./ My long scythe whispered and left the hay to make.

 

Sobre Segando dice Griselda García:

Mowing podría verse como un ars poetica donde Robert Frost reflexiona acerca de su práctica y establece su estética. La naturaleza es un tema central en su obra, y a menudo sus poemas retratan el momento de interacción entre el hombre y un elemento natural que concluye en una revelación.

En este poema la agotadora actividad de segar se convierte en una forma de meditación en movimiento. En los monasterios zen llaman a esto samú, trabajo que se realiza sin un ánimo de provecho personal, poniendo en él toda la energía, para el bien de todos. El trabajo manual en inmersión con el entorno hace posible que el hombre se descubra a sí mismo y al mundo alrededor.

Frost acuñó la frase the sound of sense para referirse a la traducción en palabras de las percepciones sensoriales crudas. Además de considerar el sentido de las mismas, tenía en cuenta su eufonía. Los versos de este poema replican el contenido gracias a una conjunción de rima, metro y aliteración; a medida que se avanza parece escucharse el sonido de la guadaña. La elección de whisper y scythe con la aliteración de la “s” imita el sonido de susurros y suspiros. El recurso se repite: no hay verso que no contenga ese fonema al menos una vez.

El hecho, lo real, las voces populares y las tareas rurales están llenos de poesía y ésta no necesita ser evocada por una imaginación literaria. A fines de encontrar lo poético, cualquier cosa que no sea la verdad no sirve. Sólo estando profundamente presente en el aquí y ahora el poeta logrará escribir con Verdad. Como el heno del final, el poema queda sin hacer, aunque ya ha sido hecho por el lector, que completa la obra.

 

Griselda García es escritora y vive en Buenos Aires, Argentina. Publicó, en poesía, Alucinaciones en la alfalfa (2000), El arte de caer (2001), La ruta de las arañas (2005), El ojo del que mira (2009) y Hallucinations in the Alfalfa and other poems (traductor: Hugh Hazelton, Wolsak y Wynn, Canadá, 2010) y en narrativa La madre del universo, relatos breves (2012). En 2013 estrenó el corto Blanco (co-directora y guionista) en el Festival Internacional de Cine de Venecia. Se dedica al dictado de talleres de escritura creativa y al seguimiento de obras literarias en progreso. Dirige la colección de poesía «La verdad se mueve» de Ediciones Del Dock.

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