Walter Godoy habla de un poema de Vicente Luy
Apenas pasa la tormenta
los riachos de montaña embrutecen
y retumban
arrastrando árboles, gente
y algunos amores.
Yo una tarde
perdí un par de zapatillas
y vi pasar una señora
rebotando río abajo contra las piedras
sin oponer resistencia.
Y me tenté, pero no me tiré.
Todo ese día fui el que no se tiró.
La lluvia de ayer, tarde
y noche,
fue mayúscula;
y si bien en casa otra vez hay goteras
y yo estoy sufriendo
mi susto fue lejano.
En el barrio ya no quedan montañas
y las diagonales sólo dan remansos.
Pero un día después, hoy, aún húmedas
las puertas,
siento pánico y violencia.
¿Será el amor que se aleja?
No, no dije tristeza; dije pánico y violencia.
Vos quizás te acuerdes; yo soy
el chico que perdió las zapatillas
y la parrilla y una remera
y trepó, presa del pánico,
justo a tiempo para ver pasar a una señora
que ya no era una señora
rebotando río abajo,
a pasos de Icho Cruz. Y se tentó
pero no se tiró
-todo el día fue el que no se tiró-.
Y hoy, mucho tiempo después,
un día después de una tormenta
siente pánico y violencia.
¿Será el amor que se aleja?
de Vicente habla al pueblo, Editorial La Creciente, Córdoba, 2007
Sobre este poema de Vicente Luy dice Walter Godoy:
Los poetas trabajan con sus obsesiones hasta el cansancio.
Emile Cioran
El azote de un temporal transforma un remanso de turistas (Icho Cruz) en el escenario de una tragedia humana. Una aliteración (montaña embrutecen retumban arrastrando) refuerza los choques de una mujer atrapada por una corriente, que se pierde como un par de zapatillas (perdí un par de zapatillas / y vi pasar una señora ) tras trepar y salvarse, el yo lírico ve pasar la oportunidad de salvarla, de salvar una vida, y también ve pasar la oportunidad de arrojarse (Todo ese día fui el que no se tiró,)
¿Sobrevuela la voz del Luy que se arrojó en Salta en 2012, cuando se quitó la vida? Profecía programada en tantos poemas, como en esas canciones de Ricky de Flema, o esos poemas de Pizarnik donde la muerte es tentadora y parece resolver todo dolor. Pero este Luy, este Yo lírico, está atrapado por la impotencia del que no puede salvar al otro, atrapado en su parálisis, en su propio cuerpo a salvo, un cuerpo que es algo, en confrontación con el cuerpo llevado por la crecida, entregado a su suerte como un objeto manso, poseído por la fuerza natural (rebotando río abajo contra las piedras / sin oponer resistencia)
En ese acto heroico trunco nace el testimonio de la tragedia y el poema (Y me tenté, pero no me tiré.) la impotencia del que no salta, la seguridad del que sigue con vida, el pesar de ser testigo de la tragedia. Y ¿Ese “amor que se aleja?» ¿Qué será ese “amor que se aleja”? Una vida humana, ¿Su vida humana?
Ante el evento, la sensación no es de tristeza sino de «pánico y violencia». Una nueva aliteración enumera los elementos perdidos por el yo lírico (las zapatillas / y la parrilla y una remera) y su accionar (y trepó, presa del pánico) Esa repetición redondea el poema, que cierre con una nueva entrada de su pregunta “¿Será el amor que se aleja?” De nuevo, ¿Qué es ese “amor que se aleja”? ¿Su deseo íntimo de saltar? ¿Su chance, en ese instante postergada, ante la muerte?
Walter Godoy nació en Morón, provincia de Buenos Aires, en julio de 1984. Publicó las plaquettes Los proselitistas del rock, y El mercado de la carne, por Editorial casi incendio la casa, en 2009. Formó parte de la antología 2017 Nueva poesía contemporánea Tomo 1 de Milena Caserola y Nulú Bonsai, en 2009. Participó de la colección de libros del Slam! de poesía oral Argentina en 2012. También participó de la colección de plaquettes de Difusión A/terna Ediciones en 2013 con Auto lobby. En 2014 participó de la Antología Rayo Verde, a cargo de Osvaldo Bossi. En 2015 publicó por Subpoesía la plaquette Cómo matar al Papa en 3 días. Publicó notas en la revista Canícula. Para mayo de 2016 saldrá la publicación Luchemos por la ida de la Colección Ultra Cool de Milena Caserola.
